Esta mañana Marinita era operada de urgencia.

Su útero estaba destrozado como consecuencia de una vida miserable al servicio de la industria del huevo.
Sufría peritonitis y los huevos ocupaban parte de su abdomen. Hasta 430 gramos de huevos podridos e impactaciones han sacado de su débil y cansado cuerpo. La operación ha sido un éxito pero desgraciadamente Marinita nos dejaba unas horas más tarde. Su cuerpo ya no podía más.

Marinita fue rescatada de un camión que volcó camino al matadero. Ese accidente salvó su vida, pero lo que no sabía es que su destino le perseguiría aún siendo libre. Había nacido para poner huevos, sin importar si eso le arrebataba la vida lentamente.

Las gallinas ponedoras han sido seleccionadas genéticamente para producir un huevo diario, casi 20 veces más que una gallina salvaje. Ello les provoca tumores, prolapsos, descalcificación y un sin fin de enfermedades.
Las gallinas no son máquinas de poner huevos, son individuos que desean vivir como nosotros.

Queremos dar las gracias al increíble equipo veterinario de la Clínica Veterinaria El Caroig por su empatía y trabajo continuo para ayudar a los animales del santuario.

Hasta siempre Marinita, siempre estarás con nosotros.

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