Encontramos a Lluvia por la noche muy desorientada en medio de la carretera. Detuvimos el vehículo y corrimos para cogerla. Estaba muy delgada, tenía sarna y rozaduras.

Al llevarla al veterinario nos dijo que esa carretera llevaba a varias granjas de conejos de la zona. Lo más seguro era que hubiera caído minutos antes de un camión camino del matadero. Y por ese motivo estaba desorientada.

Era increible. De toda la gente que podía haber pasado por una carretera a las 20:00 de la noche, la encontraron los fundadores de un Santuario. Lluvia no sabe la suerte que tuvo, pero nosotros sí. Sabemos que el mundo es un lugar cruel con el resto de animales, por eso en el Santuario nos esforzamos por crear un paraíso para ellos.

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